Más de un 4% de los municipios españoles no registran actividad inmobiliaria

El ladrillo contempla varias realidades en un mismo espacio geográfico. Si bien en grandes ciudades como Madrid y Barcelona el precio de las viviendas ha aumentado de forma notable; en otras regiones del país apenas existe movimiento inmobiliario. De hecho, en más de un centenar de municipios españoles de más de 100.000 habitantes no se ha iniciado ninguna promoción de obra nueva en los últimos 12 meses.

En este sentido, existe un cierto estancamiento del sector en 42 localidades, donde no se han solicitado ni un solo visado. En otras 100 no se tramitaron ni 5 visados al año y en otras 200 apenas se alcanzaron la decena anual. Estos datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento reflejan lo que muchos expertos se han aventurado a determinar: que existen dos realidades en España y que a nivel inmobiliario hay dos velocidades. Significativo es que el mercado esté prácticamente muerto en un 4% de los municipios del país; mientras que en Madrid, Barcelona, la Costa del Sol o las islas exista una importante actividad, tanto de compraventa como en construcción.

Puntos negros

En estos puntos negros en la actualidad apenas hay movimiento inmobiliario, pese a que en la época del boom vivieron una frenética actividad constructora. Éste es el caso de Siero, en Asturias, donde en 2006 se emitieron 1.656 visados; mientras que en 2018 no se solicitó ninguno. Algo similar se ha vivido en Alcantarilla (Murcia) donde hace 12 años se emitieron un millar de visados y el año pasado cero.

Todo ello, pese a que durante el pasado ejercicio se volvió a recuperar el sector de la construcción, ya que superó, por primera vez desde 2009, la barrera de los 100.000 visados. No obstante, es una cifra ocho veces inferior a la registrada en 2006 con 865.561 visados de obra nueva.

Pese a que la realidad es que existen mercados muertos, la lenta fiebre constructora también se debe a otros factores como la falta de suelo edificable o los elevados costes de financiación. Esto impide alcanzar la cifra de los 150.000-200.000 viviendas nuevas que los promotores consideran que son necesarias para un mercado inmobiliario sano.

Además de Asturias y Murcia, en Castilla-La Mancha también han acusado este notable descenso en la actividad inmobiliaria. De hecho, en ciudades como Toledo, en época de bonanza se llegaron a dejar cerca de 13.000 viviendas vacías. Se construía sin control y no se conseguía dar salida a todo el stock que en su momento representó el 30% del total. De ahí que se haya frenado esta fiebre constructora.

Fuente: El Confidencial
Foto: Pixabay