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Abr
Barcelona encabezó durante 2018 el aumento del precio de las viviendas de alquiler, por quinto año consecutivo, según publica la Secretaria d’Habitatge de la Generalitat. De este modo, desde 2013 el incremento acumulado supera el 36% y alcanzó durante el pasado ejercicio su máximo histórico. Según estos datos, el precio medio se situó en 929,57 euros al mes, unos 52 euros más que en 2017.
Pero esto no es todo, ya que durante el pasado año se batió otro récord en los nuevos contratos de arrendamiento en 68 de los 73 barrios de la capital catalana, a excepción de Pedralbes, Vallviderar, el Tibidabo i Les Planes, Tres Torres, Sant Genís dels Agudells y La Clota.
Un aumento que también se ha multiplicado en zonas con una renta más baja de la media y con menos oferta de alquiler. Estos son el caso de Baró de Viver que aumentó un 35,5%, Torre Baró (20,4%) y Trinitat Vella (17,8%).
De hecho, el alquiler se convirtió en primera opción para muchas familias, lo que permitió superar, por primera vez, la cifra de los 50.000 nuevos contratos para alcanzar los 53.524 durante el 2018 que representa un 7% más que el año anterior. En el conjunto de Catalunya se sellaron 168.000 contratos, 460 al día.
Falta de stock
El problema radica en que existe mayor demanda que oferta de alquiler en ciudades como Barcelona. Además, los sueldos apenas han subido, mientras el precio del arrendamiento está tocando techo con costes casi inalcanzables. Aunque este problema está llegando también a municipios del área metropolitana por su proximidad con la Ciudad Condal, donde un 42,2% ya destina el 40% de sus ingresos al pago de una vivienda de alquiler.
De ahí que el Gobierno aprobara recientemente un Decreto Ley para contener el precio del alquiler y ampliar la duración de los mismos. A nivel autonómico, la Generalitat también está estudiando medidas para evitar una burbuja del alquiler en Barcelona.